¿Abogado particular o el abogado del seguro?

Cuando sufrimos un accidente de tráfico y/o laboral en nuestra vida que nos ha provocado lesiones, algunas de ellas dolorosas e irreversibles, tras asumir y aceptar que éste ha ocurrido, una de las primeras cuestiones que nos hacemos es: ¿cómo reclamo los daños y perjuicios derivados del accidente? ¿qué abogado debe gestionar la reclamación de la indemnización que me corresponde?¿abogado particular o el abogado del seguro?

Tras el accidente, tu aseguradora contactará contigo ofreciéndote los servicios de sus abogados para reclamar tus daños y perjuicios. ¿Debe encargarse dicho abogado de la reclamación o contrato a un abogado particular? Dicha decisión va a resultar trascendental, dado que tu indemnización puede variar en gran medida de la decisión que adoptes.

¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos?

Para entenderlo debemos explicar qué significa el “abogado de la compañía”.

Las compañías aseguradoras, con el fin de ahorrarse los gastos de los abogados particulares que puedan contratan sus asegurados perjudicados en un accidente, ya sea por lesiones o daños materiales, encargan directamente a sus propios abogados la reclamación de los daños y perjuicios de sus asegurados. Eso sí, pero recuerda que tú no eres el cliente del abogado, sino la aseguradora, por lo que éste no en ningún caso llevará a cabo una reclamación que vaya contra los intereses de la aseguradora o que no sean económicamente rentables para ésta.

A cambio, los abogados de tu compañía, minutan una cantidad mínima y muy por debajo de lo que marcan los criterios de honorarios profesionales. Vamos, les pagan cantidades ridículas por cada reclamación que llevan a cabo.

No obstante, al abogado de la compañía le compensa el cobro de esas minutas reducidas, al cobrar directamente de la aseguradora y no tiene que discutir ni pactar ninguna cantidad con el lesionado. Todo ello a cambio de que la compañía le remita una gran cantidad de lesionados para reclamar todos los meses. Es decir, cobrar minutas ridículas a cambio de recibir muchos encargos.

El resultado: te han convencido que tienes un abogado gratis.  Pero ¿realmente me sale gratis dicho abogado? ¿me compensa?

No es mi objetivo echar por tierra la labor de los abogados de compañía como colectivo, ni mucho menos, sino explicarte qué consecuencias puede tener su elección. Para ello hay que ver tanto sus ventajas como desventajas.

La ventaja, importante: no abonarás cantidad alguna al abogado de la compañía, no pagarás ningún tipo de honorarios.

Desventajas:

1.- Para el abogado de la compañía tu asunto es uno más de los varios que le encarga la aseguradora. Por lo que su dedicación, empeño y gestión de tu asunto, conforme puedes imaginar, será acorde a los honorarios “antieconómicos” que cobre el abogado de la compañía por llevar tu asunto.

2.- Prácticamente no tengas trato directo y personal con el abogado de la compañía. Sino únicamente telefónico o a través de tu agente de seguro, o que el día del juicio no te asista personalmente el abogado titular de la aseguradora, sino cualquier “pasante” o la última incorporación del despacho.

3.- Tú no eres el cliente del abogado. Es la aseguradora que es quien le paga sus honorarios, lo que puede resultar fatal para tus intereses cuando los intereses de ésta entran en contradicción con los tuyos, lo que ocurre más veces de las que pensamos.

4.- En caso de que necesites un informe pericial privado para poder reclamar tus lesiones. Lo que ocurre siempre que tu reclamación únicamente pueda ser entablada en la vía civil, la compañía no va a poner a tu disposición un perito médico. En tal caso debes preparar los 800-1000 € que cuestan en el mercado dichas periciales para poder reclamar.

5.- Por último, el abogado de la compañía intentará convencerte que la indemnización ridícula ofrecida por el seguro contrario es justa para ti, cerrar tu asunto y liquidar sus honorarios con la compañía.

En Sellés abogados Valencia estamos a tu disposición para aclarar cualquier duda que tengas derivada de un accidente que hayas sufrido.